A veces, en el ejercicio profesional, nos enfrentamos a situaciones que ponen a prueba no solo nuestra paciencia, sino también la claridad de nuestros límites como abogados y asesores legales. Quiero compartir una experiencia reciente que, si bien en un primer momento puede resultar frustrante, la considero sumamente útil para la mejora continua de nuestros servicios.
Una mala reseña, una buena oportunidad
Recibimos nuestra primera reseña negativa en Google Maps. Puede parecer un revés, pero, en realidad, lo veo como una oportunidad para analizar y mejorar nuestros procedimientos. La situación concreta, sin embargo, no deja de sorprenderme: la persona en cuestión pretendía que hiciéramos algo totalmente ilegal.
El caso: asesoría, falta de comunicación y expectativas poco realistas
Esta persona tuvo una cita telefónica conmigo antes del 20 de mayo. Se le explicó exactamente cómo funcionaba el proceso para cambiar de estudios a residencia de trabajo. Sin embargo, decidió por su cuenta no optar por esta vía legal y buscar un «arreglo» porque, según ella, tenía medios económicos suficientes.
A partir de ahí, le proporcioné el presupuesto correspondiente y quedó en responder cuando lo considerara oportuno. Meses después, habiendo ya expirado su autorización de residencia en junio, nos inundó con siete correos en unas pocas jornadas —después de tres meses sin comunicación— exigiendo respuestas inmediatas y quejándose del servicio recibido.
- El equipo respondió a cada correo ofreciendo la información necesaria.
- Cada vez que preguntábamos por detalles, la versión cambiaba, lo cual dificultaba aún más la situación.
- Finalmente, dejamos claro que, si su permiso estaba vencido y pretendía marcharse a Filipinas, no podría volver a entrar a España con facilidad.
- Le sugerimos la opción de solicitar una prórroga, para que pudiera seguir adelante legalmente.
Por si fuera poco, alegaba que necesitaba regresar a su país para ir al dentista, como si en España no existiesen profesionales de la salud dental. Son ese tipo de excusas que uno escucha a diario en este ámbito profesional.
Ética profesional y límites claros
Frente a este tipo de solicitudes, mi posición es inamovible:
- No apoyo ni participo en actividades fraudulentas o ilegales.
- No doy asesorías gratuitas de por vida solo porque una vez se contrató media hora de mi tiempo.
- Agradezco el feedback, incluso el negativo, pues siempre aporta una lección.
“A mí en el mercado no me dejan pagar con abrazos, así que no espero que los clientes piensen que la asesoría legal debe ser gratuita e ilimitada.”
La respuesta del equipo
Mi equipo gestionó la reseña pública de manera directa y profesional:
- Explicaron que nuestro tiempo y asesoría no son gratuitos más allá de la contratación acordada.
- Recalcaron que existen límites y que no podemos destinar tiempo ilimitado a quienes no se convierten en clientes formales.
En definitiva, defender el valor de nuestra profesión es fundamental. No solo para preservar la calidad y el equilibrio de nuestro trabajo, sino también para garantizar un tiempo justo y un trato adecuado a todos los clientes que confían en nuestros servicios.
Esta experiencia me reafirma en la importancia de establecer límites claros, comunicar expectativas desde el inicio y, sobre todo, no perder el ánimo ante los comentarios injustos. Si algo saco en positivo, es la oportunidad de seguir aprendiendo y mejorando cada día.
👉 Tip de experto: No hagas trámites legales por tu cuenta. ¡Busca asesoramiento profesional!
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