En el mundo jurídico, la responsabilidad y la entrega forman parte del día a día. Aunque pueda parecer que los abogados solo se dedican al trabajo intelectual en horarios convencionales, la realidad dista mucho de esa imagen. Personalmente, dedico jornadas maratonianas trabajando sábados, domingos, desde antes de las 7 de la mañana hasta después de las 10 de la noche porque la responsabilidad que implica cada caso lo exige. Y aun así, sí, a veces también tengo vida (aunque tampoco demasiado).
Una Reflexión Entre Colegas
Recientemente, disfrutando de una merecida pausa con unos compañeros —abogados también, con sus propios despachos— surgió una conversación reveladora. Uno de ellos mencionó con total seguridad: “Yo nunca he perdido un caso.” La afirmación me sorprendió, y no dudé en replicar: “Estás mintiendo como si no hubiera un mañana.”
Me miró perplejo, a lo que añadí: “Todos los abogados somos los mejores cuando ganamos y los peores cuando perdemos, pero no todos los casos están ganados de antemano. Si dices que nunca pierdes, es que poco peleas y poco pleiteas.” Lo dije desde el mayor respeto y cariño profesional.

La Realidad de la Profesión Jurídica
La conversación continuó. Mi colega admitió, algo a regañadientes: “Bueno, quizá no voy tanto a juicio como tú…” Porque esa es la verdad: en esta profesión, a veces se gana y a veces se pierde.
Lo que depende de terceros, nunca depende únicamente de nosotros.
Por supuesto, como norma general solemos ganar, ya que seleccionamos los casos que tienen fundamento y analizamos cada detalle previamente. Hay ocasiones en las que es evidente que un procedimiento no tiene sentido; ahí lo responsable es sentarse con el cliente y decirlo claramente.
Desconfía de Garantías Absolutas
Uno de los mayores consejos que puedo dar es éste: huye de un abogado que te diga “yo siempre gano”, o “esto está ganado al 150%”. Quien asegura eso, o está engañando, o no es consciente de los riesgos. La ignorancia en el derecho, como en la vida, suele ser atrevida.
¿Cómo actúa realmente un buen abogado?
- Estudia los casos a fondo antes de recurrir.
- Busca siempre una base sólida para cualquier recurso.
- Dedica tiempo a releer y revisar documentación clave.
- Sabe cuándo es mejor esperar y reflexionar antes de decidir.
En numerosas ocasiones, tras un largo día, prefiero dejar el expediente reposar hasta el día siguiente y revisarlo con la mente más fresca. La honestidad con el cliente es prioritaria: “Lo he revisado y no veo viabilidad, pero si quieres podemos plantearlo por estas vías.”
La Importancia de la Transparencia con el Cliente
Al igual que los médicos no pueden garantizar el éxito absoluto hasta abrir con el bisturí, los abogados tampoco podemos predecir un resultado al 100% solo con lo que se nos cuenta, sin ver toda la documentación.
“De buena lógica esto debería salir, pero hasta que no lo vea todo, sólo puedo darte una aproximación.”
Es fundamental normalizar que un abogado valore cuidadosamente cada recurso, que también tenga derecho a decir que no se debe presentar si no hay base, y sobre todo, desconfiar de quienes garantizan victorias como si fueran certezas absolutas.
Consejo final
Mi consejo del día: valorad a los abogados honestos, aquellos que analizan y exponen las probabilidades, pero nunca venden garantías imposibles. Y en la duda, huye de los que aseguren victorias antes de tiempo.
*Aviso legal: Los artículos y vídeos de Lexborders son de carácter informativo. No constituyen asesoramiento jurídico personalizado. La normativa puede variar según cada caso. Se recomienda la revisión individual por un abogado experto en extranjería.